Rocío, no quiero pasar de largo o de puntillas, ante tu pregunta, lo mismo, no soy la persona adecuada para contestarte, porque creo que la felicidad existe, pese al sufrimiento, porque existe el Señor!! Esto, lo creen muy poca personas, -no me he atrevido a decirlo en voz alta, hasta que leí a un carmelita, -cubano- que lo repite hasta la saciedad, al leerle, me dio mucho descanso. Yo soy feliz!!! Más, no quiere decir que no sufra, he sufrido sin medida pero cuando el Señor se me manifestó, se me abrió un mundo inimaginable, más real, qué en el que me regodeaba, en el sufrimiento. Mi percepción del sufrimiento y el gozo cambiaron radicalmente.
Por qué existe el sufrimiento? Tanto la Biblia, como el Catecismo -te aconsejo que leas el Catecismos de la Iglesia, te alumbrará- nos dicen que por el pecado, todo sufrimiento es consecuencia del pecado. No porque Dios permita el sufrimiento, deja de ser siempre amoroso y misericordioso, recuerda que el acto de la pasión de Cristo crucificado “es poder de Dios y sabiduría de Dios” el que fue crucificado en la carne, Jesús!! Es verdadero Dios, Señor de cielos y tierras, uno de la Santísima Trinidad –CdI- qué, para entrar en su gloria tuvo que pasar por la cruz en Jerusalén.
El sufrimiento es aterrador, intolerable, es dolor, es agonía pero… no es lo mismo el sufrimiento para un cristiano que para alguien que no tenga fe, por muy estoicamente que lo viva, ya que el sufrimiento es un sinsentido sin Dios; con Él, es amor compartido. Dice S. Agustín que el sufrimiento sólo encuentra salida y es esclarecedor, en nuestra conversión al Dios vivo.
A través de la muerte del Justo, de nuestro Cristo,-que murió dando vida, chorreando vida- de Jesús, que sufrió a causa de nuestros pecados, se realiza nuestra salvación. – la de toda la humanidad-
Todo hay que vivirlo en unión con el Señor y creo, que sobre todo el sufrimiento. El dolor nos empequeñece, nos hace más humilde y con fe y abandono en Dios, podemos entrar también en el plan divino, nos hacemos uno con Cristo en la cruz, siendo junto con Él, oblación al Padre, para que todo padecimiento de fruto de amor, de salvación. El hecho de la existencia de Jesucristo, el estar Él vivo, en medio de nosotros; la comunión real, única, fuerte, verdadera con el mismo Hijo de Dios Vivo, lo sublima todo, hasta el sufrimiento. Fuera de la cruz no hay otra escala para subir al cielo S. Rosa de Lima.
Hay niños enfermos, por herencia o errores genéticos, por origenes desconocidos, por consumo de sutancias, por enfermedades, o sea por muchos motivos. La realidad es, que las enfermedades son parte de la vida. Sin embargo, hay padres que lo viven en paz, con amor junto con el Señor, otros lo viven sin consuelo, amargados, culpando a Dios, preguntándole por qué lo permites? Cuál es la causa de esto? Muy sencillo, sin la compañía, sin la intimidad con Dios nada podemos, menos; en situaciones tan dolorosas.
Una de las hijas de una amiga mía, le detectaron un cáncer, desde el principio, la joven - sin ser para ella la espiritualidad nada especial- lo vivió con alegría no humana, contagiaba a todos, a su hija, a su marido…, murió, alabando y dando gracias a Dios; mientras Nieve, mi amiga ya anciana, botaba de gozo, al morir, su marido abrió una botella de champán, pidiendo a todos brindar por la muerte de su mujer. El sufrimiento purifica, ennoblece, nos hace más pequeños y humildes -nos deja a solas con una realidad que nos asusta- haciendo del que sufre la imagen de Cristo. Puedes ver infinidad de santos que no han hecho otra cosa en su vida que sufrir y han sido totalmente felices, en el sufrimiento; por estar unidos a Dios. Como Marthe Robin, Anna catalina Emmerich, Teresa Neumann, Luisa Piccarreta-santas o beatas, en este momento no lo sé-. Que no hicieron en la vida más que padecer, amando sin límites.
Es más fácil que entiendas a Etty Hillesum, una joven judía, licenciada brillante, atea, de vida dispersa y mundana de familia acomodada, había vivido con dos hombres se había producido un aborto y se encontró con el Señor en el mayor de los sufrimientos, en el Holocausto Nazi. En Auschwitz, por medio de la oración, se transformó totalmente su vida en Dios, siendo por primera vez libre, en medio de la más insultante esclavitud. Libertad que sólo da el Señor, esta es la libertad de los hijos de Dios, de la que habla San Pablo.
Creo que todo hay que vivirlo en unión con el Señor, aún más el sufrimiento. Porque el que no lo viva con el Varón de Dolores –Isaías- vivirá el más amargo de los suplicios, en soledad sin sentido. Seamos pues misericordiosas, empleando las manos de Jesús, el Corazón de Jesús, ante el sufrimiento de los hermanos; acompañándolos y ofreciéndolos al Señor para que todo padecimiento de frutos de amor, de salvación. Pero… no te desconcierte ante la pregunta del “Por Qué “el hecho, de la existencia de Jesucristo, el estar el Vivo en medio de nosotros, la comunión real, única, fuerte, verdadera, con el Hijo de Dios, lo sublima todo. No puedo terminar, sin dejar de gritar que la "La Felicidad Existe" porque existe Jesús, el Hijo de Dios y de María Virgen!!!!!!!!!
¡¡¡Sí a la vida!!!
