Santos de hoy: Juana Francisca de Chantal, Lucía, Odilia, Juan Marinoni, Beato. Judoco, María Magdalena de la Pasión, Beata.
Otra Navidad más, otro año en el que celebramos la venida de nuestro Dios hecho niño “en Él está la vida y la vida es la luz de los hombres, luz que brilla en las tinieblas” por haberse empeñado en salvarnos pese a nuestra indiferencia e incapacidad de fidelidad. Es tal el deseo de Dios Omnipotente de atraernos hacia Él que ha puesto toda su sabiduría, todo su amor, en la tierra en la persona de su Hijo. “En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios” queriendo un acercamiento con el hombre total y pleno hasta lo insólito, con Jesús, el Dios creador “todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra que es la luz verdadera y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe”. El Dios lejano, ha pasado a ser nuestro Padre, “el que nos lo ha revelado es el Hijo único que es Dios y está en el seno del Padre”, el que nos habla, el que enseña, el que guía nos dice: “si entendieras mis mandatos sería tu paz como un rio, tu justicia como las olas del mar, tu progenie sería como arena, como grano los vástagos de tus entrañas, tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí”. Porque el que me sigue tendrá la luz de la vida.
Ser fiel a Dios es no separarse de Jesús, creer en Él, confiar, abandonarnos; ser sus testigos, dando testimonio, de que “Él es nuestra luz, para que todos crean por medio de Él, ya que Él ilumina a todo hombre. El está en el mundo, y el mundo fue hecho por Él y el mundo no le conoce, a todos los que le reciben y creen en su Nombre, les da el poder de llegar a ser hijos de Dios, no naciendo de la sangre, ni por obra de la carne, ni por voluntad del hombre sino que somos engendrados por Dios. De su plenitud, todos nosotros participamos y recibimos gracia sobre gracia, porque la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo que recibe la gloria del Padre como Hijo único”.
¡Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, hasta el fin del mundo!
¡Sí, a la vida!
