Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
10 noviembre 2013 7 10 /11 /noviembre /2013 17:40

 

     imagesCATXQ2D9.jpg San Andrés Avelino, (Nápoles) presbítero de los Padres Trinitarios. Sus predicaciones convertían a muchos pecadores, sus palabras iban acompañadas de milagros y sanaciónes. Murió a los ochenta años, al dar comienzo la celebración de la Eucaristía.

 

  Los saduceos eran descendientes de Sadoq, sacerdote que vivió en tiempo del rey David, degenerados  en la fe en Yahveh, por apartarse de Él, sustituyéndolo por el poder y las riquezas de este mundo, se consideraban superiores al resto del pueblo por su posición social y política. Alejándose de toda esperanza de Dios, y de todo bien y verdad que de Él viene.  

 

  Debe de ser tremendamente desolador y duro creer que la vida se acaba con la muerte.  Cuando estamos hechos por el que es la Vida y para la Vida que es El, en la vida y en la muerte somos del Señor de la Vida. En el que creemos, siendo El únicamente el corazón de nuestra fe, Cristo. Por Jesús, creemos en la resurrección de los muertos. La vida no merece la pena ni se entiende sin Dios, lo contrario es vivir en un continuo lamento, volcados en poseer las cosas de este mundo lleno de materialidad pura y dura, sin desarrollarnos en profundidad. Cuando solamente merece la pena la vida del alma que alimenta el espíritu haciéndonos felices y libres  de toda esclavitud.

 

  Jesús, está comprometido con todo su ser de Dios con cada hombre, para esto ha dado la vida   siendo el regalo de amor, más grande y hermoso del Padre para la humanidad. Busquemos el encuentro con el Hijo de Dios y permanezcamos en El, en el que hace las cosas distintas. Lo pequeño grande, lo irreal real, el desamor en amor…

  Dios crea dando vida, acompaña, perdona, salva, resucita, el Resucitado es nuestra esperanza hecha ya realidad ya aquí en la tierra. Junto con El hagamos verdad la venida del Reino con nuestras buenas obras de misericordia, con cada una de ellas estamos confesando a Dios siendo prolongación suya. El amor no pasa nunca, es perdurable; se enraíza, fecunda, germina. Que nuestra vida sea un canto de esperanza de amor, de resurrección.

 

                                                                          ¡Sí, a la vida!     Bebe%20(155)[1]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Compartir este post
Repost0

Comentarios

Presentación

Enlaces