Entre los santos de hoy he escogido a Santa Ángela de la Cruz, fundadora de la Hermanas de la Cruz, por sentirla muy próxima a mí. Nace en 1846 - 1936 en una familia obrera.
Ángela= aquella que trae el mensaje de Dios, de origen griego.
Esta santa sevillana –España- conocida como madre de los pobres es muy querida por los sevillanos quienes van a la calle Sor Ángela de la Cruz a venerar su cuerpo incorrupto. Se dio totalmente a los pobres a quienes llamaba sus señores.
A lo doce años trabaja en un taller de zapatería, casi no sabe leer ni escribir, después a petición de del P. Torre –sacerdote santo y peculiar- narrará sus experiencias. Intenta ingresar en el Carmelo Descalzo siendo rechazada por su falta de salud, entra en las Hijas de la Caridad de dónde sale por sus continuos vómitos. En 1875 nacen las “Hermanas de la Cruz” dedicadas a pobres y enfermos visitándolos y atendiéndolos en sus casas, son muy austeras, viviendo la pobreza evangélica como Jesucristo, para desde la pobreza comprender y ayudar a los pobres; duermen en tarimas de madera, guardan silencio, viven en oración y meditación continua, son mendigas y todo lo reciben de limosnas; su objetivo es llevar a todas las almas a Dios. Son muchas las vocaciones que tienen.
En 1913 fundó su cuarto convento – con el tiempo fue cerrado- del que tengo la dicha de gestionarlo, estaba en tan malas condiciones que ha sido reconstruido entero, sólo queda la capilla –totalmente reformada- la fachada, unos pocos de naranjos y un dichoso árbol que me ha dado bastantes dolores de cabeza. Indudablemente la hermana que lo sembró tendría muy buena mano, ha aguantado obras interminables en pie, sin coscarse, hemos tenido que hacer los planos contando siempre con el susodicho, alrededor de él, ya que me negué siempre a que lo quitaran, se ha quedado encajonado entre dos partes del edificio pero le da igual esta soberbio, fuerte y lozano, ensuciando lo que no hay en los escritos. Ha pasado a ser un símbolo que se ve desde muy lejos antes de llegar al pueblo, siendo el árbol más alto de todos los alrededores.
Pese a no ser por dentro el mismo edificio yo masco, respiro y disfruto lo que desprende sus paredes, dan buen rollo, noto que estoy en un sitio bendecido donde han vivido muy buenas gentes, que ha sido un lugar de oración. Igualmente, hay otra nota del paso de las monjas de la Cruz por el pueblo, la gente que se han educado con ellas muestran algo especial; en delicadeza, en espiritualidad, en finura, en caridad. Esto no ha evitado que se hayan enfadado conmigo por haber quitado de la fachado un azulejo de la santa -no fue mi intención- simplemente, los albañiles me salieron un poco bruto –pero buenas personas- les tengo prometido que volveré a ponerlo cuando tenga euros, la verdad; pasa el tiempo y no lo hago por tener siempre cosas urgentes que pagar. Pero lo haré.
A esto se une que mi cuñada fue hermana de la Cruz, se salió para irse de misionera pero conoció a mi hermano y… después, cuidé por circunstancias a una de Ellas, llamada hermana Celia. Todo esto me ha llevado a sentirlas muy cercanas y a quererlas.
Pedid junto conmigo a Sor Ángela que cuide de Sevilla y de sus políticos que nos tienen del revés y locos.
Mi amiga Rocío me ha dado tres películas, he visto dos “Las Flores de la Guerra” y “El Médico de los Pobres” os animo a que las veáis, merece “muy mucho” la pena. Pasareis un tiempo delicioso que os dejará buen sabor de boca.
¡Sí, a la vida!
